Tecnológicamente zombificados.

En un mundo donde todo parece viajar a la velocidad de la luz, la ignorancia sigue tan espesa y tan deliberadamente lenta como siempre. No hay ni un atisbo de luz al final del túnel de la creación. Los Genios mendigan publicaciones en revistas de papel de servilleta, mientras los toscos que no alcanzan altura ni para rozar la mediocridad más absoluta, publican abominaciones en tapa dura, con alguna que otra ceremonia de presentación selecta para dar la bienvenida a el mundo de la ceguera intelectual y analfabeta, a su porquería doméstica. Entre tanto, se intentan confundir en el paisaje rasurado de talento, junto a celebérrimas instagramer, youtubers cero faceticos, y necios tantos como para invertir el Darwinismo, como para atrofiar la selección natural de la especie y dar cabida a un mundo, a éste mundo ridículo de versados en vivir conectados a prostíbulos bajo la textura de los estereotipos falaces que han creado, desde su estadía, allá, en el sumun mediocre; de los del “haiga” en vez de haya, de los Haberes sin Hache, de los de “estubo” con B de burro; En fin: De las mayores generaciones de estólidas fótulas, que jamás haya dado a luz la tierra en ningún plano pretérito de la existencia humana, marcando los precedentes más terribles con los que tenemos que co-existir. Porque en éste mundo ordinario, en éste mundo de apariencias y carcasas, si no cuidamos desde la apreciación lúcida el buen saber, la creación sagaz, el talento único, en definitiva, nuestro único destino, a ciencia cierta por ciencia infusa, todos cubiertos de agrafía y contumacia lerda, será morir. Morir sin haber dejado ni un miserable y legible legajo, de nuestro paso por la tierra, cuando nos tocó vivir -es decir, ahora- emancipados de los sabios de nuestra época, porque los desterramos al estruendoso abismo donde se repite en un bucle sórdido e inconcebible, nuestras más celebres creaciones a ritmo de reguetón, trap, y selfies a granel, para mayor lustre del cénit de nuestra ingeniería cefalorraquídea: Instagram. Como diría el viejo Hank desde una pedanía de Tijuana, Baja California: “la extinción total, y que el mundo arda”. Teniendo en cuenta el percal actual, sería el acontecimiento más notable al que podría aspirar nuestra generación.

 

Acerca de jotadekorso

Eterno aprendíz, en el arte de bocetar palabras.
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